Louis Nicollin, el excéntrico empresario que preside el
Montpellier desde 1974, vio cumplido un sueño cuándo su humilde equipo se alzó
la pasada campaña con el título de la Ligue 1, por delante del PSG de los
petrodólares. Pese a tener un presupuesto muy inferior al de sus rivales
parisinos, ‘Loulou’, como se le conoce en Francia, montó un equipo de jóvenes
promesas como Yanga-M’Biwa, Aït Fana o Younès Belhanda, bien apoyados por un
grupo de experimentados jugadores de la liga y el incombustible Olivier
Giroud en punta.
Sin embargo este año parece que Nicollin volverá a la
realidad de la manera más dura. El Montpellier, tras un mal inicio de
temporada, se encuentra decimoquinto en la Ligue 1 con 8 puntos en el
casillero, y a sólo 2 de las posiciones de descenso. En la Champions League las
cosas no van mejor tras perder en la primera jornada con el Arsenal y empatar
en la segunda en el Veltins Arena.
La situación en la máxima competición europea no debería
preocupar. Encuadrado en un grupo difícil con Arsenal, Shalke y Olympiacos,
acabar tercero y jugar Europa League parece un buen premio para el Montpellier.
Pero lo que pasa en la competición doméstica ya es otro tema, y es que si el
juego de los de Gillard no mejora y empieza a parecerse un poco al desarrollado
la temporada pasada, el equipo pasará serios problemas parar mantenerse en la
Ligue 1.
Si bien se pudo considerar una sorpresa la consecución del
título para un conjunto de media tabla, no puede pasar por alto el mal arranque
de la presente campaña. Y es difícil comprender el cambio radical en la
situación cuándo el núcleo duro de la plantilla del año pasado sigue a las
órdenes de Gillard, a excepción de Giroud, que se marchó a la Premier League.
El trabajo de la dirección deportiva no ha sido malo este verano, logrando la
incorporación de Daniel Congré y Emanuel Herrera, dos jugadores llamados a ser
importantes.
¿Qué le deparará esta temporada al Montpellier? Si bien la
carga de partidos que supone jugar la Champions League puede estar pasando
factura, cabe esperar una mejora notable en el juego de los de Gillard. A la
espera de que llegue el cambio, les tocará sufrir.
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