Eden Hazard, actual jugador del Chelsea, tiene todas la características del clásico
extremo: rápido, explosivo, descarado, hábil, buen rematador… sin embargo, ha
conseguido sumar a todo esto precisión en el pase y facilidad para combinar con
sus compañeros, por lo que puede desenvolverse a la perfección en la media punta. Desde esa
posición es capaz tanto de crear peligro con su buen tiro lejano como de
sorprender con un pase a la espalda de la zaga. No obstante, a Hazard lo que le
gusta es entrar en diagonal desde la banda derecha (lo que en las categorías
inferiores le sirvió para que lo comparasen con Messi). Con explosividad y
creatividad infinita en el regate es capaz de dejar sentados a dos o tres
rivales en una baldosa, y una vez que tiene campo libre, la velocidad hace el
resto. Es capaz de tirar bien con ambas piernas, aunque su preferida es la
derecha, y en su último año en el Lille adquirió potencia y precisión en los tiros
lejanos y en los lanzamientos de falta.
Pese a ser como hemos dicho un jugador ofensivo de banda, es
capaz de sacrificarse tácticamente y cambiar su posición para ayudar al equipo.
Su trabajo y entrega en defensa es intachable, siendo el primero que corre para
recuperar el balón y baja para defender las jugadas peligrosas. Además, en estas situaciones en las que el rival ataca,
cualquier balón que caiga en los pies del belga se convierte en peligro, ya que
su velocidad y habilidad le permiten crear contraataques letales.
En el aspecto personal, es un jugador igual de disciplinado fuera que dentro del
campo. El sacrificio que hace por el equipo en los partidos lo transforma en
trabajo en los entrenamientos, dando muestras de su ambición por seguir
mejorando y llegar al nivel de Zidane, su ídolo. Ante la prensa se muestra
formal y correcto, y rara vez se sale de tono sean cuales sean las
circunstancias. No obstante, de vez en cuando tiene pataletas. Como la mayoría
de jugadores de su edad, quiere jugar siempre y no perderse ni un minuto, y si
le sustituyen, puede no tomárselo bien. Así fue en el partido que enfrentó a
Bélgica y Turquía el 3 de junio de 2011. El seleccionador belga, George
Leekens, decidió cambiarlo en el minuto 60. Hazard se fue directo al vestuario
sin dirigirle una mirada, y se marchó del estadio antes del final del partido,
lo que le costó como castigo quedarse fuera de la convocatoria de los dos
siguientes partidos.
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