jueves, 25 de octubre de 2012

Analizamos a: Mario Götze


Podríamos decir, sin miedo a equivocarnos, que Mario Götze será uno de los centrocampistas más completos del fútbol mundial. A sus 20 años ya ha demostrado sobradamente sus grandes cualidades: la visión y precisión de los mejores medio centros, el regate de los extremos y la definición de los delanteros. Todo junto en un jugador, que además ha desarrollado una capacidad característica de los grandes cracks: su cabeza va por delante del resto, mientras hace una jugada, se imagina la siguiente.

Siempre está bien colocado y sabe dónde están sus compañeros, lo que le permite asociarse con una facilidad pocas veces vista en alguien de su edad. Es muy versátil, puede jugar en el centro o pegado a la banda, siendo el cerebro del equipo o el puñal que desborda pegado a la línea de cal. Elegante en la conducción, tiene descaro para encarar y crearse espacios de pase, que ejecuta con precisión milimétrica. Sus recursos son infinitos y se maneja bien con ambas piernas, de manera que la posibilidad de predecir lo que va a hacer es remota.

Mario Götze

Llega fácilmente al área, pero pese a que demuestra mucha frialdad, puede mejorar la definición. No es fuerte físicamente, pero lo equilibra con una gran capacidad para esconder el balón y mucha inteligencia en al colocar el cuerpo, lo que le permite ganar balones divididos o aguantar la posesión pese a las entradas del rival. Entre sus defectos está el exceso de confianza que demuestra en ocasiones, y pierde balones por intentar pases demasiado arriesgados en zonas peligrosas.

No obstante, pese a estos pequeños fallos que podrá pulir con experiencia, se puede meter al alemán entre los cracks del futuro, abalado por su visión de juego, precisión, inteligencia y versatilidad.

Su comportamiento es intachable: trabajador y responsable. Demuestra ganas de seguir mejorando y aprendiendo en los entrenamientos, acepta bien las críticas y las interioriza para sacarles el mejor partido. Mario Götze hace gala fuera del campo de la misma frialdad y sobriedad que dentro de él. Ante los micrófonos es cordial y nunca sale del tono, siempre respetando a los rivales. No le gusta ser el centro de atención. Tras ganar la Bundesliga en 2011 habló con su técnico, Jürgen Klopp, y demostrando madurez y equilibrio emocional le pidió que evitasen que los medios de comunicación se centrasen en él. El chico rehúsa hablar de su futuro y no le gustan los rumores que le sitúan lejos de Dortmund, no obstante, no niega su pasión por dos club en concreto: Arsenal y Barça.

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