Christian Karembeu es un jugador peculiar. De nacionalidad
francesa pero de orign mucho mas exótico: Nueva Caledonia. De hecho, jamás
cantó la marsellesa en ninguna de las 53 internacionalidades, según el mismo
Karembeu, porque nunca se consideró francés si no de la colonia (esto quizás se
acentúa si sabemos que su abuelo, indígena caledonio, fue expuesto en un museo
parisino).
Efemérides a parte, Karembeu inició su carrera en el Nantes,
donde tras 5 años dio el salto a la Sampdoria, y allí se daría a conocer. Jamás
fue un tipo goleador (en 5 temporadas con el Nantes anotó 5 tantos), pero
empezó a despuntar por su impresionante despliegue físico y su capacidad para
cubrir millas (de forma similar a lo que hoy sería Sami Khedira). Tanto es así,
que en sólo dos temporadas en la 'Samp', llamó la atención de toda Europa, que
por entonces adolecía de una gran falta de músculo en el medio. Varios clubs
importantes anduvieron a la caza, como el Manchester United, el Real Madrid o
el Barcelona, hasta que tras arduas negociaciones y mucha polémica con los
azulgrana, Lorenzo Sanz se hizo con el kanak para el club de Chamartín.
Allí,
de la mano de Heynckes, conquistó la Séptima contra la Juventus, pero ofreció
un juego más bien pobre, aunque anotó tres goles importantes. El batacazo de
Karembeu, despuñes de la expectativa creada, se produjo en las dos temporadas
siguientes de blanco: disputó cada vez menos minutos, y cuando los jugaba,
ofrecía un repertorio muy limitado de dotes técnicas, perdiendo muchos balones.
Y eso que jugaba con un superclase como Fernando Redondo al lado. Nunca disputó
más de 20 partidos en una temporada, hasta el punto de que jugó más minutos en
dos años en la Sampdoria, que en tres de merengue. Con el empobrecimiento
progresivo de su juego, se le conoció mucho más por su matrimonio con la
despampanante Adriana Slkenarikova, chica Wonderbra y presencia permanente en
los medios. Tanto fue así, que Karembeu es mas recordado en España por el
puñetazo que atizó a un periodista del corazón que por su juego. En el
Barcelona, entonces, respiraban aliviados y mirabande reojo con media sonrisa
cómo se habían librado de pagar 500 millones de pesetas de entonces por tan
gran fiasco.
Tras agotar sus cartuchos en Madrid, fichó por el Boro, donde tuvo
un año pésimo y apostó por cuatro temporadas discretas en el Olympiakos.
Finalmente, tras un fugaz paso por el Servette suizo, se retiró en el Bastia de
segunda gala, en 2005 y muy olvidado. Su paso por la selección gala, con 53
internacionalidades, también fue discreto, aunque formó parte del equipo que
ganó Mundial y Eurocopa.
Lo mejor de todo: Christian Karembeu ha ganado una Liga de
Campeones, una Intercontinental, una liga española, una liga francesa, dos
ligas griegas, un Mundial, una Eurocopa y una Confederaciones...un palmarés
dilatadísimo para tal jugador, sobre todo teniendo en cuenta que apenas ha
jugado en la consecución clave de esos títulos, especialmente con la selección
gala.
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