Entregas anteriores: V.Jones y R.Keane / É.Cantona y Z.Ibrahimovic
Pasquale
Barra fue miembro de la Nuova Camorra Organizzata de Nápoles. En la época de
los 60 y 70 llegó a ser uno de los exponentes de la organización, un auténtico
criminal sin piedad ninguna al que los medios de comunicación apodaron ‘O
Animale’. Años después, otro Pasquale se ganó el mismo apodo. El problema es
que este era futbolista. Hemos pensado que alguien así se merece un capítulo de
nuestro serial exclusivamente para él. Hoy en Tipos duros:
Pasquale Bruno, ‘O Animale’
Su
sobrenombre no es una exageración, ni mucho menos. Roberto Tricella, ex jugador de la Juventus, fue quién se lo puso.
Y eran compañeros de equipo. Pasquale Bruno nunca fue un gran jugador, y sus
pocas dotaciones técnicas le obligaron a buscarse la vida de otra manera, y
rápidamente se empezó a vender como un futbolista violento. Algunos
consideraron que sólo era una manera de llamar la atención, pero el caso es que
en cierta manera funcionó, y un tipo con escasas cualidades llegó a jugar en la
élite italiana. Su carrera se resume en dos datos: más de 50 partidos de sanción en 16 años y acumuló 117 millones de
liras en multas (unos 60.000 euros) sólo en sus primeros meses en la
Fiorentina. Como os podéis imaginar, 50 partidos de sanción no se consiguen fácilmente,
así que intentaremos resumir sus mejores actuaciones.
Su
debut se produjo en el Lecce en
1979, por aquel entonces en la Serie B, y en 1981 fue convocado para el Mundial
sub-20, en el que vio una amarilla en cada uno de los dos partidos que disputó.
Evidentemente las tarjetas fueron una constante en su carrera, más de un
centenar de amarillas y alguna que otra roja directa. Su primer partido en la
Serie A fue en 1984, ya en las filas del Como,
y no podía tener una tarjeta de presentación más espectacular: lo expulsaron. A
medida que aumentaba su popularidad, también lo hacía su violencia en los
terrenos de juego, y al revés.
En
1987 fichó por una Juventus de capa
caída tras la etapa de Platini, y de
blanquinegro tuvo su primera pelea famosa. Nos situamos en mayo del 89, en el
Comunale de Turín, el rival, la Fiorentina de Roberto Baggio. Ambos equipos se jugaban una plaza para la UEFA de
la siguiente temporada, y con toda Italia pendiente del partido, un busca-fama
como Bruno no podía dejar escapar esa ocasión. En el minuto 73, sin balón de
por medio, O Animale fue a por Baggio
y le pateó. Roberto, un hombre de paz, se la devolvió, y fueron expulsados. Ya
que estaban puestos y ambos tenían que ir a los vestuarios por el mismo túnel,
decidieron seguir allí la bronca. Para desgracia del espectáculo, un médico se
interpuso entre ellos, evitando según Pasquale que “destrozase” a Baggio con sus propias manos. Consecuencia: 8
partidos de sanción (que acabaron siendo 5).
En
1990 decidió poner fin a su etapa en la Vecchia
Signora de la manera más digna posible. En su último partido fue expulsado
y fichó por el Torino, rival de la ciudad de la Juve, cosa que no le hizo mucha
gracia a los tifosi juventinos. Su
etapa en el Toro empezó igual que
había acabado la anterior, con una expulsión. En este caso decidió darle un
codazo a Rubén Sosa, de la Lazio, a quien acusó de haberle
escupido. Este debut provocó la ira de la afición del Torino, que ya de por sí
no estaba muy contenta con su fichaje. Cabe decir que con el tiempo se ganó al
decimosegundo jugador, que acabó cantándole cosas como “Bruno, pégales por nosotros”. Curiosidades del fútbol.
En
el derbi de la temporada 91-92 nos dejó otro capítulo de su particular
colección. No se sabe muy bien porque, si es que estaba cansado por la
acumulación de partidos o simplemente se le cruzaron los cables, pero en el
minuto 16 decidió poner fin a su participación en el mismo dando un codazo a Pierluigi Casiraghi que supuso su
segunda amarilla. No obstante pareció sorprenderle la expulsión, y se puso como
un loco con el colegiado, hasta el punto de que tuvieron que llevárselo a
empujones al vestuario. Tras el partido, acusó a Casiraghi de haberle provocado
(como había hecho previamente con Baggio y Sosa) y cargó contra sus compañeros
por retenerle cuando iba a por el árbitro.
Tras
varias salvajadas más y algunos problemas internos, el presidente del Torino lo
puso en la lista de transferibles. Bruno, para variar, se despidió con su
particular firma en forma de tarjeta roja, y decidió dar otra muestra de
carácter aceptando una oferta para marcharse a la Fiorentina, donde curiosamente jugaba todavía Roberto Baggio, su
gran enemigo. Duró poco en Florencia. En el tercer partido de la temporada (se
perdió los dos primeros por la sanción que arrastraba) tuvo que pasar un
control antidoping, y no se le ocurrió otra cosa que aderezar la muestra de orina con agua mineral. Dos jornadas después
pegó a Franco Lerda, a quién acusó
(que raro) de haberle escupido. Esto provocó una escena curiosa: la sangre
salpicó al entrenador del Brescia,
Mircea Lucescu, que no se limpió para después poder dar pruebas en la rueda de
prensa de lo que había pasado.
Entre
una cosa y otra recibió otros cinco encuentros de sanción. A su vuelta provocó
una nueva expulsión, lo que llevó al presidente de la Fiore a apartarlo del
equipo. Acabaría aceptando su retorno en la segunda vuelta del campeonato,
presionado por el entonces entrenador Claudio
Ranieri. Evidentemente, si te dedicas a repartir a diestro y siniestro,
antes o después van a por ti. La afición del Brescia no olvidó la agresión a
Lerda, y cuando la Fiorentina visitó su estadio, Bruno tuvo que esconderse y
ser escoltado para evitar la ira de los tifosi.
Aunque
esa segunda vuelta con el conjunto violeta no fue demasiado movida, tenía los
días contados. ¿Adivináis su siguiente destino? Sí, el Brescia. No llegó ni a
debutar. La afición no le tragaba, así que el club dio marcha atrás. Entonces
Pasquale, viendo que su fama no le había granjeado cariño con los seguidores de
ningún equipo de la máxima categoría, decidió volver a sus orígenes. No fue una
buena campaña, jugó 17 partidos y el Lecce acabó bajando a la Serie C1.
Entonces llegó la hora de que Bruno buscase nuevas experiencias lejos de casa,
y se marchó al Hearts.
Con
el equipo de Edimburgo participó en uno de los partidos más famosos de la
historia de la liga escocesa. Su equipo visitó Glasgow para enfrentarse al Rangers, un partido que perdieron por
3-0 y en el que acabaron con 7 jugadores. Pasquale pasó a la historia como el
primer expulsado del encuentro, qué sorpresa. Finalmente se fue a Inglaterra,
donde disputó un solo partido con el Wigan. En 1997, O Animale colgó las botas.
PD: Lamentamos no poder ofrecer vídeos de sus actuaciones. Tal vez se consideran demasiado violentos para la red...
Un matiz " dar otra muestra de carácter aceptando una oferta para marcharse a la Fiorentina, donde curiosamente jugaba todavía Roberto Baggio" Baggio ya jugaba en la Juve en esos años. Genial artículo de todas formas
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