jueves, 22 de noviembre de 2012

Se acabó el cuento de Di Matteo


Roman Abramovich ha demostrado sobradamente tener la mano ligera a la hora de destituir técnicos. El ruso no quiere que su multimillonario proyecto vaya a la deriva ni que sean unos meses. Da igual el nombre que tengas, el salario que te deba o que hace seis meses hayas culminado el sueño de ganar la Champions. Si Abramovich ve el mínimo signo de debilidad, te abre la puerta.

Roberto Di Matteo cogió un Chelsea tocado a principios de 2012 tras el paso de Villas-Boas. Parecía evidente que su contratación era algo temporal, acabar la temporada y dejar el banquillo a alguien más experto y preparado para dirigir un equipo en fase de cambio. No sabemos si cuando Abramovich le dio el cargo esperaba algún resultado, puesto que las condiciones no eran las mejores, con el equipo jugando mal y lejos de los puestos de cabeza en la Premier. Pero Di Matteo asumió su cargo con la máxima predisposición, y recondujo a un equipo que parecía vagar sin rumbo y destinado al descalabro.

Si bien el fútbol de los blues no se caracterizó por ser precisamente atractivo, si que demostró ser eficaz, dar rendimiento. Los pesos pesados del vestuario retomaron la importancia en el césped que les había quitado Villas-Boas. Probablemente más por el orgullo que por la calidad de su juego, el Chelsea acabó en un digno sexto puesto en la Premier y para sorpresa de todos, ganó la Champions League.

Di Matteo Champions League

Tras años de inversión Abramovich vio su sueño cumplido, a su equipo en la cima del fútbol europeo. Di Matteo le ofreció rendimiento, lo que hace buena cualquier inversión. Y como buena que fue, aquel entrenador que parecía estar de paso acabó ampliando su contrato. Por desgracia para él, no todos los días son fiesta, y esta temporada con un equipo en plena etapa de renovación las cosas no funcionaban. Si bien empezó la Premier como un tiro, todo fue un espejismo. Con la llegada de los partidos difíciles el Chelsea empezó a caer, y la derrota en Turín esta semana les deja virtualmente fuera de la Champions. Adiós, Roberto.

Parece oportunista decir ahora que Abramovich se equivocó renovando al italiano, que debería haber seguido el plan establecido y apostar por un técnico experto para esta campaña. Ahora ya es tarde para reparar el error, al menos en parte, porque mantenerse con vida en la máxima competición europea es casi imposible. Y en cierto modo el ruso ha tenido suerte de poder contratar a Rafa Benítez a estas alturas de temporada, un técnico que ya conoce la Premier (principal objetivo blue si caen en Champions) y con experiencia para devolver la calma a un vestuario convulso. 

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