Nuri Sahin hace dos años, Shinji
Kagawa el pasado verano y probablemente Robert Lewandowski se marche del
Borussia Dortmund a probar fortuna en equipos de mayor caché a nivel europeo.
El turco sufrió una lesión y
Mourinho nunca buscó integrarle en su equipo, la temporada estaba demasiado
avanzada y Sahin llegó tarde y
terminó cedido este año en el Liverpool de Brendan Rodgers.
Por su parte el japonés Shinji
Kagawa sufrió una grave lesión que le mantuvo apartado de los terrenos de juego
cerca de dos meses, tiempo con el que el Manchester United ha arrancado de verdad y el media punta japonés ha perdido un sitio
en el once, pues con un clásico sistema 4-4-2 con dos jugadores abiertos a
banda y dos puntas fijos la figura del 10, la que representa el exborusser, queda
difuminada.
En ambos casos se ha dado un
fenómeno, pasar de ser las estrellas de su flamante campeón alemán a ser un
jugador más en sus plantillas nuevas, y en un caso los problemas físicos y el
otro el caer a un equipo en el que jugadores de su posición no tienen fácil
brillar han hecho que ambos jugadores no hayan conseguido destacar como
hicieron en sus últimos años en Alemania. Su vida fuera del Borussia no fue lo
que se esperaban.
Lewandowski tiene una cosa en común
con ellos dos, su contrato termina la temporada que viene, como era el caso de
Sahin y Kagawa, con lo que el club alemán está obligado a vender a su delantero
polaco si quiere recibir compensación económica por su marcha. Y en el caso de
Robert, tras ser el año pasado el máximo goleador de su equipo la pasada
Bundesliga y de brillar en el grupo de la muerte de la Champions ante Real
Madrid, Manchester City y Ajax ha hecho que, según bastantes rumores, Ferguson
se haya prendado con su figura. En el United tendría la competencia de Rooney,
Van Persie, Chicharito y Welbeck, durísima para hacerse un sitio en el once, y sería ya el tercer
exborusser en vivir la otra cara del deporte tras salir del equipo de Jurgen
Klopp.
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